viernes, 22 de mayo de 2015

ANEXO: TESIS Y ARGUMENTOS DE LOS PARTICIPANTES



ANEXOS: TESIS Y ARGUMENTOS DE LOS ASISTENTES


WILMER GUILLERMO ACOSTA

Tesis: La mirada de Gadamer y Heidegger exploran la pregunta por la existencia, se salen de los convencionalismos que marcó la hermenéutica inicial, para desembocar en una consideración de la existencia y su interpretación para Heidegger desde el Dasein y para Gadamer una explicación fundamentada en la dialéctica es decir en las significaciones que se establecen desde el lenguaje y el momento histórico que marca a los dos sujetos al que se pretende interpretar y al interpretante, entonces hablamos que “en tanto que Heidegger se proponía destruir la tradición cual costra desfigurante que con el transcurrir de los siglos se hacía más gruesa para poder penetrar hasta la originareidad que yace bajo ella, Gadamer desde el comienzo veía en la tradición el bastión que las generaciones han venido erigiendo para consolidar la comunidad humana en torno a los grandes logros del pensamiento y de la poesía. El historismo aún reinante en los primeros decenios del siglo XX sugería, por otra parte, que la verdad renunciase a su pretensión de validez universal y planteaba la urgente tarea de volver a asegurar la vincularidad de nuestros juicios y de la orientación de la vida”. (Gutiérrez, 2002, pág. 177). Con estos dos caminos la interpretación de la existencia y el por qué la comprensión no es una actitud del sujeto sino algo inherente a la existencia, abren líneas de análisis las cuales dan un giro ontológico y nos sumerge en un mundo nuevo donde la existencia enmarca el ser del hombre y este atrapado en ella busca entender los fenómenos del mundo y al otro.

Idea fuerza: Gadamer trasforma la forma de interpretar la existencia y propone dejar los prejuicios para desde el horizonte propio y el del otro poder realizar una comprensión acertada. Lo anterior implica que Gadamer entendió que la existencia era una interpretación del sujeto y que como tal este tenía distintas formas de interpretar según su contexto histórico y cultural. Considerando esto Gadamer permite ampliar la mirada de la hermenéutica y coloca el lenguaje no en un plano aislado sino como un centro para lograr entender al otro, además pensó en la evolución de los significados de ese lenguaje inmersos en los cambios temporales y lo que ellos implicaban en las formas de significar el mundo para los hombres. Aclarando esta idea “comprender en este caso no es un mero adquirir o acumular información sino la aplicación del saber propio al juicio sobre un caso práctico de otro; así quien comprende debe tener ya buen sentido y, lo que es más, tiene que usarlo para juzgar, rio para actuar. Él tiene, concluye Gadamer, que concebir el caso del otro como problema práctico con sentido práctico, no con mera sensatez. Uno no puede juzgar la viabilidad de algo, ni diferenciar el camino mejor del peor, a menos que tenga una visión previa del objetivo en vez de la visión teórica de todas las posibilidades en sí, y parta de lo que prácticamente hace al caso para el otro. Sólo cuando uno se pone en la situación del otro y consulta el propio sentido práctico, tiene uno la comprensión y el juicio para el otro que éste necesita”. (Gutiérrez, 2002, pág.  193).

Idea fuerza: Para Heidegger la existencia es un mundo de posibilidades, el ser está en un círculo del cual no puede salir pues el ser es ser estando en la existencia, es decir que para comprender la existencia se requiere ser, se habla de un ser arrojado al mundo, “eyectado” a una existencia de posibilidades de interpretación, esto implica que el ser es asumiendo esa existencia y afrontando su finitud, en palabras de Heidegger vivir su existencia auténtica, en caso de adherirse a los modelos del otro, a lo que le dicen, impidiendo pensar entonces se ve enfrentado a una muerte en vida, a una no existencia a lo que Heidegger denomina la existencia inauténtica. Lo anterior nos permite encontrar una marcada diferencia entre el pensamiento de Gadamer y de Heidegger, donde para este último la existencia no tiene su centro en lo dialéctico sino que su existencia es comprendida desde el Dasein “el ser-ahí” desde esta conceptualización el ser interpreta desde su existencia que aunque está inmersa en un momento temporal y cultural su interpretación se vuelve cíclica siendo su punto de interpretación la existencia en sus posibilidades, en la comprensión del ser-ahí en el mundo en el que se ve lanzado. Decimos entonces que  la circularidad del comprender remite en últimas a la manera de ser del ser-ahí desde siempre referido al mundo, lo que de hecho le abre el camino a las cosas: el ser-ahí por sí mismo es la posibilidad de su actuar en el mundo. Al ser-ahí y a su estructura se debe al mismo tiempo el que toda cosa posea sentido, y la enunciación de este sentido por parte del ser-ahí es interpretación; pero en rigor no se interpreta cosa alguna sino un determinado rasgo del ser-ahí en su relación con el mundo, un aspecto del conjunto relacional en el que se mueve y en el que consiste su existir. Sentido es un existenciario; sólo lo tiene el ser-ahí ''en la medida en que la aperturidad del ser-en-el-mundo pueda ser colmada por el ente en ella descubrible” (ibíd., pág. 175). En la comprensión todo proviene del ser-ahí y todo apunta hacia él. Por ello se afirma en Ser y tiempo que el ser-ahí es "iluminado en sí mismo, no en virtud de otro ente, sino porque él mismo es la luminidad" (ibíd. p. 157). Para Heidegger comprender es sinónimo de iluminación no referida a objetes concretos sino al mundo en su totalidad: comprender no se relaciona para él con apropiación alguna de contenidos particulares sino con las posibilidades de realización de la existencia, con las posibilidades que tiene el ser-ahí de comportarse en el mundo: por eso es el comprender la aperturidad de todo lo que encontramos. La Hermenéutica heideggeriana tiene entonces que ser vista a la luz de la intención principal de fundamentar ontológicamente ser-ahí; la dimensión ontológica del ser-ahí es el fundamento último de nuestro comprender. Comprender es la manera originaria en que un ser-ahí en como tal; así en la medida en que vivimos comprendemos y desde siempre hemos comprendido”. Gutiérrez, Carlos B. (2002, pág. 183). Esto nos coloca en un círculo en el que el ser ahí es la forma en que comprendemos una postura totalmente opuesta a la de Gadamer. Entonces ¿cuáles son las semejanzas entre estos dos autores?

Idea fuerza: Si bien las diferencias son notorias en lo que se ha dicho, considerando que “hacia finales de los años veinte, Gadamer se distancia de Heidegger animado por su entusiasta receptividad a la dialéctica platónica, entusiasmo que le acompaña hasta el día de hoy y que en aquel momento le permitió apartarse de la rigidez de la pregunta heideggeriana por el ser, y poner en el centro de su proyecto hermenéutica no sólo el contra juego de lo uno y lo múltiple del sentido sino también, y ante todo, la experiencia del diálogo, ajena en principio a la analítica existencial”. (Gutiérrez, 2002, pág. 177). El punto de unión en esta interpretación por la existencia, es precisamente la necesidad de cambiar el enfoque hermenéutico para trasladar la comprensión del hombre por la existencia desde el hombre, en la que es este el que interpreta y se ve sujeto a los fenómenos de la existencia, porque ya sea el ser ahí en su mundo de posibilidades, en su existencia autentica o los horizontes de interpretación sin prejuicios estas dos miradas indagan por la comprensión del ser en la existencia.

Conclusiones

Los dos autores aportan a la hermenéutica miradas distintas para interpretar la existencia. Gadamer piensa y propone una interpretación de la existencia desde la comprensión de los horizontes propios y del otro, además de abandonar los prejuicios que se tienen al momento de interpretar. Heidegger propone una interpretación del ser desde su Dasein, que le permite argumentar que el estar ahí es la forma en que se puede abordar la comprensión por la existencia. Amos autores permiten entender que el sujeto está inmerso en la existencia y que esto le impide interpretar de una manera autónoma la realidad, ya que la existencia es una forma de interpretar, no se puede alejar de este manto que define sus nociones, sus percepciones para entender los fenómenos del existir. Los aportes realizados por estos autores permiten dar un giro ontológico para comprender el papel del hombre en la historia y en el mundo, aunque para hacerlo no puedan liberarse de las restricciones de la misma existencia y deban fundamentarse en las nociones que ésta ha proporcionado para la realidad de cada sujeto.


ALEXIS ROJAS DONADO

Tesis: La gran diferencia entre la hermenéutica de Heidegger y la de Gadamer, es que el primero la comprende como un círculo de comprensión fundamentado en el comprender el ser de modo existencia; mientras que en Gadamer la hermenéutica se vive en la experiencia del diálogo. En Heidegger la hermenéutica es un círculo de comprensión, en el cual la comprensión se inicia en el Ser para retornar al Ser. En Gadamer ya no hay circularidad sino dialecticidad. Es decir que para Gadamer la comprensión es una experiencia continua. Heidegger se había propuesto por terminar la recurrencia a la tradición para poder interpretar, porque la interpretación se debía realizar desde la misma experiencia de los escritores. Sin embargo llega más allá al concluir que “comprender se identifica con la existencia y con su orientación actuante”  (Gutiérrez, 2002, pág. 179), hay un total abandono de toda metodología posible e instrumentalismo, puesto que el ser tiene una existencia originariamente interpretativa. Mientras, Gadamer vuelve a las tradiciones como fuente de criterios válidos para guiar la interpretación; rescata las propiedades de la hermenéutica como medio para lograr el consenso por medio de la comprensión del otro. Una particularidad importante en la hermenéutica del lenguaje es la imposibilidad que un intérprete viva la misma experiencia del mismo modo que la vivió el escritor, sino que es una relación dialéctica que se da de forma diferente. De allí que para Gadamer para que se dé la experiencia hermenéutica se tiene que entablar un diálogo entre quien escribe y quien interpreta, ya que el que interpreta no puede abandonar su subjetividad y adentrarse en la del otro.

Ideas de fuerza 1: Para Heidegger la hermenéutica no tiene más fin que la búsqueda de sentido del ser. El ser por medio de la existencia interpretativa llega a descubrir su fundamento y su sentido frente a un inevitable final en la muerte. Por ello la hermenéutica heideggeriana restará importancia a la interpretación metodológica de textos, y la pondrá como medio por el cual el ser comprende su existencia en el ahí. La Facticidad de la comprensión lo lleva a preguntarse por el aquí y ahora, y dicha pregunta lo remitirá inevitablemente a su propio ser. Por ello la pregunta por el Ser lo confronta con el ser-ahí, del hombre arrojado al mundo enfrentado a la nada de la muerte; “la elaboración de la pregunta por el ser se entremezcla con la pregunta por el ser del hombre, ya que el preguntar es un modo de ser de aquel ser cuyo ser consiste en comprender de alguna manera lo que es Ser” (Gutiérrez, 2002, pág. 181). Para el autor la existencia autentica es el preguntarse por sí mismo, para este el hombre ha perdido mucho tiempo preguntándose por las cosas externas y por la comprensión del mundo que lo rodea, pero muy poco se pregunta por su Ser de hombre, elude su propio miedo a la finitud. Entonces esta pregunta por el ser ya comprende una respuesta implícita en ella misma, que es el hombre mismo, sin embargo es necesario comprenderla, así “la pregunta por el fundamento de lo que es pregunta por algo que como fundamento es desconocido pero que fundamentando es siempre y siempre de alguna manera, comprendido” (Gutiérrez, 2002, pág. 182), es decir que el mismo fundamento de la pregunta por el ser es hombre mismo, ese ser-ahí que se pregunta por el Ser. Por ello en la hermenéutica todo nace y vuele al mismo pinto, no es un círculo vicioso, es un circulo de perfección, que busca el encuentro del hombre con el fundamento del nombre mismo. Ese hombre que se sabe finito y busca vivir de modo autentico partiendo de la comprensión de su propia experiencia. “En la comprensión todo proviene del ser-ahí y todo apunta hacia él” (Gutiérrez, 2002, pág. 183). Por ello la idea de la hermenéutica en Heidegger ocupara el lugar de un medio de existencia más no un instrumento de comprensión de textos. Lo que la hermenéutica comprende ahora es al ser mismo, al hombre mismo. De esta manera la interpretación es desvelamiento, “comprender es sinónimo de iluminación no referida a objetos concretos sino al mundo en su totalidad; comprender no se relaciona para él con apropiación alguna de contenidos particulares sino con las posibilidades de realización de la existencia” (Gutiérrez, 2002, pág. 183), así pues en este sentido fin de la hermenéutica heideggeriana es desvelar los fundamentos del Ser-ahí, no se trata de llegar a comprensiones cognitivas sino en una existencia interpretativa. Es una interpretación que podríamos caracterizar como interiorista en el sentido que el ser, el que interpreta mira hacia el exterior pero para retornar a sí mismo. Sin embargo no puede entenderse como intimismo autista, sino desde la perspectiva de la alteridad, de la comprensión del sí mismo en referencia al mundo (Gutiérrez, 2002, pág. 186).

Idea de Fuerza 2: Por el contrario, “Gadamer disiente de esta lectura e inicia su propio camino, al sentir la necesidad de pasar de una analítica existencial a una dialéctica existencial de la que surja la Hermenéutica” (Gutiérrez, 2002, pág. 187), así la mirada del intérprete se fija sobre el lenguaje, medio de la existencia del ser-ahí, donde concurren los significados con los significantes. Así mismo el lenguaje es eje de la interpretación. La hermenéutica del diálogo lo lleva al encuentro con el otro sin perder la propia subjetividad, es el encuentro de dos subjetividades, la del escritor y la del intérprete, son dos seres-ahí que entran en relación de diálogo y buscan acuerdo en una cosa, intentan establecer un entendimiento entre sus maneras de percibir la realidad, el acuerdo se da con base en que cada uno interpreta el mensaje en el lenguaje del otro. Este centrarse en el lenguajes es porque este constituye el medio principal por el que los dialogantes usan para tratar de ponerse de acuerdo en la cosa (Gadamer, 2003). Así la hermenéutica busca un retorno a las fuentes y a las tradiciones dado que se llega a comprender que la historicidad de la interpretación aporta un movimiento dinámico a la misma. Entonces esto significó para Gadamer un retorno a la dialéctica platónica, a ese diálogo no de contradicciones sino en búsqueda de concordancias superiores. Esto quiere decir que las mentes de aquellos dialogantes se acoplan a la cosa sobre la cual discuten y poco a poco en el comprender la mente se amolda sobre la cosa comprendida, sin embargo dicho amoldamiento no es de la mente dentro de la cosa, sino de la mente envolviendo la cosa. A diferencia del ser-ahí heideggeriano que comprende al mundo desde un circulo que comienza y culmina en sí mismo, en la hermenéutica de Gadamer la comprensión se logra gracias al apoyo de la perspectiva del otro, así "[La Dialéctica] vive de la fuerza del entendimiento dialógico, del acompañamiento comprensivo del otro, y en cada uno de sus pasos tiene su soporte en el cerciorarse del asentimiento del interlocutor" (Gadamer, 1968, pág. 13, Citado por Gutiérrez, 2002, pág. 188). Entonces en la hermenéutica gadameriana se trata de un caminar no en un círculo ininterrumpido, sino en una espiral que con base en las tradiciones lleva al intérprete a encontrar nuevos significados.




Conclusiones


Ciertamente uno de los puntos que llevan a un distanciamiento en las concepciones sobre la hermenéutica entre Gadamer y Heidegger fue el regreso del primero a la dialéctica de Platón, de quien Aristóteles fue crítico y que fuera el origen del fundamento ontológico de Heidegger. Un punto importante que marca la diferencia entre ambas hermenéuticas es el movimiento que ocurre en el intérprete, puesto que en Heidegger la comprensión siempre es el sí mismo¸ mientras que en Gadamer la comprensión va más allá del sí mismo; esta se da en un diálogo directo no con lo otro, sino con el otro en torno a lo otro, que es la cosa. Ambas visiones marcan un movimiento ontológico contrapuesto, puesto que en el primero el movimiento el totalmente circular, y en el segundo el movimiento no es perfectamente circular puesto que choca con el otro. Por tanto el movimiento de la comprensión final no será substancialmente idéntica al movimiento inicial de la misma. Es preciso tener en cuenta que la experiencia dialógica que vive Gadamer con Heidegger en torno a la misma cosa [la hermenéutica] es lo que lo lleva a definir el diálogo como centro de gravedad de la misma.

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